Si las petroleras decidieran trasladar ese mayor costo, el incremento rondaría el 4% para la nafta y 3% para el gasoil. Además, si se suma el avance del dólar oficial, podría sumar un 2% adicional, sumando mayor presión a la inflación en medio de una sensible caída del consumo.

El inminente incremento hará, si se proyectan los %, que la nafta super en las YPF de Resistencia pasen de $ 858 a rozar los 900, la Infinia por su parte pasaría de $ 1045 a $ 1087. En cuanto al Diesel pasaría de $ 925 a $ 962 y Diesel Infinia de $ 1112 a $ 1156.

A principios de febrero, el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió descongelar el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), que se habían mantenido sin cambios durante más de dos años y medio. Ambos tributos debían actualizarse en base a la inflación, por lo que se aplicaron los aumentos correspondientes a 2021 y 2022, que sumado al incremento de biocombustibles, arrojó una suba del 6% promedio en YPF, Shell y Axion.

El Decreto firmado por el titular del Palacio de Hacienda había fijado un cronograma para aplicar las subas pendientes del 2023 para ambos impuestos, el cual fue ratificado por fuentes de la Secretaría de Energía. Se definió que desde el 1 de marzo se computará la inflación del primer y segundo trimestre del año pasado. En abril se aplicará el tercero y en mayo la variación correspondiente al cuarto trimestre, que serán las de mayor impacto.

El impacto de los aumentos en el bolsillo comenzó a notarse en gran parte del país en la baja del consumo y la migración de los consumidores hacia los precios más convenientes. En enero se registró una caída de las ventas del 5,8% respecto al mismo mes del año pasado, siendo la peor desde febrero de 2021. Contra diciembre el retroceso fue del 7,5% mensual.


Diario Chaco