Mundo El Papa, internado: Francisco ya se levantó de la cama y revelan bromas que intercambió con Meloni
20/02/2025
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Según el último parte médico, sus condiciones clínicas son estacionarias y los exámenes de sangre demuestran una leve mejora; hoy podría recibir la visita del cardenal Pietro Parolin, su número dos.
ROMA.- Siguen llegando noticias positivas desde el hospital Gemelli, donde Francisco, de 88 años, se encuentra internado desde el viernes pasado, enfrentando desde el martes una neumonía bilateral. “El Papa pasó una noche serena, se levantó y tomó el desayuno en un sillón”, hizo saber el Vaticano este jueves, poco después de las 8 de la mañana locales.
En medio de un clima de alarma y fake-news que se desató en todo el mundo, el dato confirmó que la situación del Pontífice, aunque compleja, no es grave. Tanto es así que ya ayer recibió la visita de la primera ministra Giorgia Meloni -que dijo que había encontrado al papa Francisco “receptivo y alerta”- y hoy, aunque no está confirmado, podría recibir la visita del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y su número dos, que justo volvió de un viaje a África.
Evidentemente menos preocupadas que en los días pasados, fuentes del Vaticano hablan de una lenta recuperación del Papa. Un paciente difícil, pero que ahora, en medio de la cuarta internación de su pontificado y tratándose una neumonía, entendió que debe obedecer a los médicos.
“Tengo que cuidarme la salud, si no me voy derecho al paraíso”, le habría dicho a Meloni durante la visita de ayer, según el Corriere della Sera. “Sé que afuera hay algunos que dicen que llegó mi hora, que algunos rezaron para que el Pontífice se vaya al paraíso, pero Dios me quiere acá”, también le habría dicho a la premier italiana, con la que tiene mucha sintonía y que, de hecho, contó que como siempre habían intercambiado bromas. Más que verosímiles, esas frases, al margen de demostrar que el exarzobispo de Buenos Aires no pierde su humor porteño, también dieron a entender que los rumores de renuncia agitados desde sectores opositores son sólo eso, puras especulaciones, sin fundamento.Mientras este viernes se cumplirá una semana de internación -la cuarta de su pontificado-, en el Vaticano ya no cunde la alarma. Ya nadie habla de “reposo absoluto”, sino de un paciente que se levanta, se sienta en un sillón -esa posición es conveniente porque facilita la respiración-, come normalmente, lee algunos diarios, descansa, reza, toma la eucaristía, pero también tiene “actividades de trabajo”. ¿Qué significan estas actividades de trabajo? “Que lee, escribe o firma los documentos que le llevan desde el Vaticano, habla con sus más estrechos colaboradores, hace algunos llamados”, explicaron. De hecho, el boletín diario de la Santa Sede informó hoy la designación de un nuevo obispo en Francia.
Como consignó el último parte médico, también esta mañana las condiciones clínicas siguen siendo “estacionarias” y según los últimos análisis de sangre evaluados por el equipo médico, hay “una leve mejora, especialmente de los índices inflamatorios”. El Papa sigue con su terapia y por la tarde, como ya se ha vuelto una rutina, se difundirá un nuevo parte médico.Ayer también habían destacado como positivo el hecho de que la neumonía -que apareció en una tomografía realizada el martes y que no había aparecido anteriormente- “fue detectada a tiempo”. La “leve mejora” de los índices inflamatorios surgida de los análisis sanguíneos, además, significa “una reducción de la extensión de la infección pulmonar”, que indicaría que está respondiendo a las terapias. “Aunque es demasiado pronto para sacar conclusiones”, dijo Annalisa Bilotti, médica del hospital internacional Salvator Mundis de esta capital.
Consultada por LA NACION, Bilotta explicó que los antibióticos tardan entre 48 y 72 horas para tener efecto, pero que, dada la edad del Papa y sin conocerse exactamente el tipo de antibióticos, “es necesario esperar varios días más para ver si hay mejoras significativas”. “Pienso que hay que esperar hasta el fin de esta semana para ver si la terapia ha funcionado”, afirmó la doctora, que pronosticó que el Papa podría llegar a quedar internado 20 días, o más.AlivioLa información de la jornada trajo alivio. El parte médico de la noche anterior, en efecto, había hecho elevar como nunca la preocupación al confirmar ese agravamiento que muchos temían y la degeneración de una bronquitis mal curada en una neumonía bilateral. Un cuadro clínico “complejo”, sobre todo para alguien como Francisco, de avanzada edad, desde siempre débil a nivel pulmonar, y con frecuentes bronquitis y resfríos en época invernal. El líder de la Iglesia a los 21 años sufrió una neumonía gravísima que lo dejó al borde de la muerte, según él mismo siempre contó, cuando le debieron extirpar parte del lóbulo superior del pulmón derecho.
La información médica del martes había dejado clara una situación de todos modos complicada. Si bien había asegurado que “buen humor”, dato que luego confirmó Meloni, había dicho que los exámenes de laboratorio, la radiografía de tórax y las condiciones clínicas seguían presentando “un cuadro complejo”.
Francisco llegó el viernes pasado al hospital ya con una situación muy comprometida. Venía arrastrando una bronquitis desde hacía semanas, que se trataba con corticoides que utilizaba para facilitar la respiración, que le habían provocado una hinchazón del rostro evidente, pero sin solucionar el problema, sino todo lo contrario. Esa terapia con cortisona, en efecto, le bajó las defensas inmunitarias.
El Papa, sin escuchar a quienes le aconsejaban detenerse e internarse, continuó con una agenda muy exigente: aunque él mismo explicaba que no podía leer los textos porque estaba con bronquitis y tenía “dificultad de respiración”, presidió audiencias generales, saludó centenares de personas y recibió visitas, aunque en los últimos días en su residencia de Santa Marta y no en el Palacio Apostólico. Tampoco quiso defraudar a las más de 30.000 personas que participaron el domingo 9 de febrero del Jubileo de las Fuerzas Armadas. Entonces, se expuso a una mañana fría, húmeda y ventosa que seguramente empeoró el cuadro.
La semana siguiente continuó con una agenda siempre intensa, pese a estar mal. Sólo el jueves, el día anterior a la internación, desistió de participar de un evento sobre justicia fiscal de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Entonces, según trascendió, en medio de máxima reserva, fue a hacerse unos estudios en el hospital Gemelli de la Isla Tiberina, más cercano al Vaticano, los que probablemente comenzaron convencerlo de que era la hora de parar e internarse. Cosa que hizo al día siguiente, después de diversas audiencias, una de ellas con el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico.
Mientras tanto, desde todo el mundo sigue recibiendo mensajes de afecto que agradece y que lo conmueven.
LA NACIÓN
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